Llevamos años escuchando la problemática que supone la utilización de cierto tipo de plásticos o de cómo los plásticos de un solo uso contaminan durante cientos de años los mares y costas del planeta mientras su vida útil es de segundos o minutos. Estos plásticos, que posteriormente se convierten en microplásticos, no solo contaminan el agua, sino nuestros alimentos, tierras, textiles, etc.
Para entender la gravedad del problema… ¿Cuánto tardas en usar una botella de plástico? Aproximadamente unos minutos o unas horas. ¿Sabes cuántos años tarda en degradarse? 450 años. ¿Y una bolsa de plástico? 150 años, y utilizamos alrededor de 500.000 millones de bolsas al año.
Los ecosistemas marinos están llegando a su límite, tanto es así que se plantea que para 2050 podría haber más plásticos en el océano que peces. WWF confirma que en todo el mundo vertemos al océano 8 millones de toneladas de plástico cada año, como si un camión descargara nuestra basura en el mar cada minuto, durante 365 días, y durante varios años.
Normativa sobre «residuos cero»
Actualmente la normativa que se aplica para el plástico de un solo uso está enmarcada en la legislación vigente en materia de Residuos Cero. Pero la futura normativa va más allá en relación a este tipo de residuos de un solo uso. Se establecen normas más estrictas para los tipos de productos y envases que figuran entre los «plásticos de un solo uso».
Este tipo de plástico se prohíbe por la alta contaminación que genera principalmente en la costas y mares, pero también porque existen alternativas más sostenibles de los mismos productos. Uno de los principales objetivos de esta Directiva es reducir la cantidad de residuos que generamos y reducir el uso de productos de plástico que se desechan con más frecuencia.
El Parlamento Europeo aprobó el miércoles 27 de marzo de 2019 el acuerdo alcanzado con el Consejo de la UE por 560 votos a favor, 35 en contra y 28 abstenciones.
¿Cuáles son los plásticos de un solo uso?
No todos los plásticos que conocemos y utilizamos entran en la categoría que la UE define como plástico de un solo uso. Existen productos fabricados con plásticos de un solo uso que deberán desaparecer para el año 2021, aquí os dejamos los principales:
- Cubiertos de plástico (cucharas, tenedores, cuchillos y palillos).
- Platos de plástico.
- Pajitas de plásticos para refrescos.
- Bastoncillos de algodón para los oídos fabricados en plástico.
- Palitos de plástico para sostener globos.
- Contenedores alimenticios y tazas de poliestireno o plásticos oxodegradables (nos referimos a un material plástico que se degradan a la vista de cualquier persona pero que permanecen pequeñas partículas, como microplásticos).
Consecuencias y sanciones para los países miembros
Los países que formar parte de la UE, entre ellos España, tendrán que llegar a unos mínimos objetivos o de lo contrario se establecerán sanciones económicas.
Para el año 2025 el 25% del plástico de las botellas deberá ser reciclado y para 2030 deberá llegar el 30%. También en el año 2029 los Estados miembros tendrán que recuperar el 90% de las botellas de plástico.
A parte de las sanciones que ya impone la UE, en esta nueva normativa se incluyen otro tipo de sanciones de «quien contamina, paga». Como por ejemplo, a los productores de tabaco, aparejos de pesca como redes o boyas, etc. Además, los fabricantes tendrán la responsabilidad de advertir en el etiquetaje cuál es el impacto medioambiental de sus productos, como los filtros de los cigarrillos, toallas húmedas, tazas de plásticos o compresas higiénicas.
Los océanos, los principales afectados
Los plásticos han contaminado cada rincón del planeta. Los encontramos en los océanos, en los lagos e incluso en nuestros alimentos. Los principales afectados de esta contaminación ha sido y seguirán siendo los mares. El problema va más allá de la simple contaminación del agua. La contaminación de los plásticos perjudica seriamente la salud de los ecosistemas acuáticos y la supervivencia de muchas especies marinas.
Cada año, miles de plásticos emergen a la superficie y se acumulan en nuestras costas. Los mares son receptores de hasta 12 millones de toneladas de basura al año y el 2015 se alcanzó la cifra de 380 millones de toneladas de basura en todo el mundo según Greenpeace. Una cifra que, por desgracia, sigue en aumento.
Además de los plásticos que vemos, como las bolsas, botellas o vasos, existen otro tipo de plásticos mucho más contaminantes y difíciles de eliminar de los océanos. Sí, hablamos de los microplásticos, que son fragmentos inferiores a 5 mm de diámetro. Estos plásticos, muchas veces incluso microscópicos, se crean a partir de la rotura de trozos de plástico más grandes. Pero también nos referimos a los que se fabrican directamente así como los utilizados en muchas cremas o jabones exfoliantes, pastas de dientes u otros productos de higiene o cosmética.
El impacto de ambos plásticos es altamente contaminante para nuestro planeta y nuestra salud. Además, el impacto va más allá del medioambiente, puesto que también tiene efectos sociales y económicos. No en vano, la basura acumulada en las playas es un gran problema para el turismo basado en el «sol y playa», del que España se nutre económicamente.
Qué estamos haciendo desde Adicae para contribuir a reducir los plásticos
Desde ADICAE apostamos por un consumo sostenible y de proximidad:
- apoyando siempre a los productores locales
- evitando así el envasado innecesario
- evitando la contaminación del transporte o del desplazamiento a grandes superficies.
Creemos que un consumidor informado es mejor, por eso ofrecemos este curso online gratuito en el que los alumnos conocerán la economía circular, el actual sistema de consumo y alternativas para llevar a cabo una compra más responsable y sin plásticos.
Además, ponemos a vuestro alcance guías prácticas para convertirte en un consumidor crítico y consciente con tu compra diaria o sobre cómo llevar a cabo un consumo sostenible en tiempos de pandemia.