Hoy, viernes 18 de junio se celebra el día de la gastronomía sostenible desde que el 21 de diciembre de 2016 la ONU designó este día para dar visibilidad a la contribución de la gastronomía en el desarrollo sostenible. De hecho, se proclamó el Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición entre 2016 y 2025.
Sin embargo, muchos consumidores no pueden permitirse pensar en una gastronomía sostenible.
En España, la malnutrición y la preocupación por los hábitos alimenticios sanos son un problema cada vez mayor. El 65% de los consumidores en España se preocupan por llevar una vida saludable (preocupación del 68,2% de las mujeres y del 62,5% de los hombres), según diversos estudios.
En este marco se añade la preocupación por la alimentación y en concreto por los precios de los alimentos: el 64,7% de las mujeres y el 48,1% de los hombres ponen en el punto de mira con mucha frecuencia el encarecimiento de los precios de los alimentos.
Son los consumidores entre 25 y 34 años los reflejan una mayor inquietud frente a otras franjas de edad.
Precios de los alimentos desorbitados
Los índices de precios de los alimentos en los mercados internacionales han presentado un repunte y para los consumidores es cada vez más difícil adquirir alimentos sanos que sean frescos, locales y de temporada. Es decir, tener pleno acceso a una gastronomía sostenible.
De hecho, en abril de 2021 se situaron en el precio más alto desde mayo de 2014, según diversos estudios de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) que lo achacan a los problemas de suministro y añaden que podrían elevarse incluso más.
A este respecto, llenar la cesta de la compra se hace cada vez más insostenible para los consumidores y más aún para los consumidores vulnerables. Más de la mitad de los consumidores en España llega justo a final de mes y tres de cada cuatro considera que su economía ha empeorado con la pandemia.
Esto afecta al presupuesto que los hogares pueden destinar a la alimentación y, como consecuencia, el 80% de los consumidores vulnerables tienen una dieta poco variada y acceso a una alimentación poco saludable.
Alimentación poco saludable
La dieta de los consumidores con un nivel socioeconómico bajo tiende a reducir el consumo recomendable de frutas, verduras, hortalizas, carne y pescado, mientras que la ingesta de dulces, refrescos con azúcar o embutidos es mayor de la aconsejada.
Una cesta de la compra con alimentos sanos y ricos en nutrientes como son las legumbres, las verduras, las frutas de temporada, el pescado o la carne no es tan barata como una cesta llena de productos preparados y ultraprocesados. Esta última es más asequible, con más contenido calórico, pero menos nutritivo y claramente nocivo para la salud.
Por ello, como la gastronomía sostenible debe primar sobre los comestibles procesados o ultraprocesados y como se debe dar prioridad a los productos frescos, locales y de temporada, es imprescindible luchar contra la dieta de ricos y pobres.
En el artículo ADICAE advierte sobre la importancia de una alimentación saludable, se proponen medidas domésticas para los consumidores.
Gastronomía sostenible ¿Qué es?
Pero, ¿a qué nos referimos con el concepto gastronomía sostenible? La gastronomía, definida como el arte de preparar una buena comida, se une junto al de sostenibilidad. Ser sostenible implica realizar una actividad para todos que se puede mantener en el tiempo sin agotar los recursos disponibles o causar daños a la salud de las personas o al medio ambiente.
De este vínculo surge la gastronomía sostenible que implica el apoyo a la protección de la biodiversidad y se promueve el consumo alimenticio de productos locales teniendo en cuenta el origen de los ingredientes, cómo se cultivan y el proceso por el que pasan hasta que llegan a las manos de los consumidores.
Aunque no es fácil para todos los consumidores, en la medida de lo posible, se debe priorizar la gastronomía sostenible. Para esto, ADICAE pone a disposición la Guía para convertirte en un consumidor crítico y responsable en alimentación apostando por un consumo alimentario saludable que no impliquen un gasto elevado para las familias ni la generación excesiva de desperdicios.
Consejos para ser un consumidor sostenible
- Dar prioridad a productos de temporada y locales pues de esta forma se reducirán los gases de efecto invernadero y los recursos que se utilizan para transportar los alimentos.
- Dedicar tiempo a cocinar en casa y preparar un menú. La industria alimentaria y los distribuidores están deseosos de que los consumidores externalicen su alimentación, los comestibles tienden a ser más preparados y ultraprocesados.
- Evitar el desperdicio alimentario. En España, entre el 30% y el 50% de los alimentos comestibles no llegan a ser consumidos. Son 7,7 millones de toneladas de alimentos que van a la basura cada año y, por ello, es importante controlar la compra y aprovechar todo lo adquirido.
- El ahorro de agua es otra prioridad importante y se debe aumentar su ingesta frente a las bebidas azucaradas.
- Evita el sobreembalaje y los materiales plásticos de un solo uso. Entre el 60% y el 80% del total de los residuos mundiales son plásticos y en el Mediterráneo se encuentran entre un 21% y un 54% de todas las partículas de microplásticos del mundo.