Más del 80% de la población española realiza al menos un desplazamiento en día laborable, de los cuales una tercera parte (37 millones) corresponden a viajes de ida y vuelta al lugar de trabajo, según el estudio ‘Movilidad al trabajo’ publicado por la DGT e IDAE en 2019. De esos desplazamientos, el 63% se realiza en coche, normalmente ocupado por un único pasajero. Solo en Madrid el número de viajes para trabajar alcanza los 4,8 millones, y el modo preferido para hacerlo es el vehículo privado (44%), en Barcelona ese porcentaje se eleva al 56%.
Utilizamos el coche de manera a diario y principalmente para trayectos cortos, como ir de casa al trabajo, y en entornos urbanos. Unos desplazamientos en los que el consumo energético se incrementa en hasta un 60%. Un dato ya de por si elevado si consideramos que el vehículo privado supone casi el 50% del consumo de energía en el sector transporte rodado. Conducir un coche, de hecho, es considerado el acto de consumo individual más contaminante que puede realizar la ciudadanía.
Por ello, es imprescindible abogar por un cambio en la manera en la que nos desplazamos y favorecer medios de transporte sostenibles como el uso de transporte público o, sobre todo, la movilidad activa. En el día mundial del peatón, desde ADICAE animamos a cambiar nuestros hábitos y andar en lugar de optar por coger el coche cuando se trate de trayectos cortos.
¿Es imprescindible ir al trabajo en coche? La distancia media de desplazamientos entre la vivienda y el lugar habitual de trabajo en Madrid no supera los 11 kilómetros y el 80% de los trabajadores viven dentro de la propia ciudad. Aunque no es posible en todos los casos, para aquellos desplazamientos de menos de 5km la alternativa de realizarlos a pie en lugar de coger el coche no solo repercutiría positivamente en el medio ambiente, sino que tendría un impacto igual de significativo a nivel físico y financiero.
Un trayecto diario de 5km al trabajo durante los cinco días de la semana e incluyendo la vuelta al domicilio, supondría una media de casi 300 euros al año sólo en combustible, tomando como base un vehículo medio y un consumo de 6,1 litros por cada 100km. A ello habría que añadirle los gastos de mantenimiento y la amortización del propio vehículo. Un ahorro considerable para un consumidor medio solo dejando el coche en casa cuando puede recorrer la misma distancia a pie.
Priorizar el desplazamiento a pie (o en bicicleta) es de hecho una de las tres tendencias claras a la hora de afrontar la mejora de la eficiencia energética del sector del transporte junto con la renovación del parque de vehículos por tecnologías más limpias desincentivando los más contaminantes o el uso inteligente de estos a través de fórmulas como el coche compartido.
Además, la Organización Mundial de la Salud recomienda andar 10.000 pasos al día, lo que equivalen aproximadamente a unos 7 kilómetros. Una persona que tenga su trabajo a menos de 5km de su domicilio podría hacer el trayecto (ida y vuelta) a pie y cumplir diariamente con una cuota de ejercicio físico mínima que nos ayudará a reducir el riesgo cardiovascular, reducir el estrés y mejorar la condición física.
En este sentido, muchas ciudades están apostando por el modelo ‘ciudades 15 minutos’ o ‘ciudades de proximidad’ en las que se fomenta que todo lo importante para el día a día de una persona esté al alcance de un cuarto de hora andando o en bicicleta. Se trata de un cambio en la manera de entender la movilidad y el consumo, favoreciendo la proximidad y la sostenibilidad que ya están poniendo en marcha en lugares como París.
Pequeños hábitos como dejar el coche en el garaje para trayectos que no son estrictamente necesarios y que pueden hacerse andando son un gesto más en la ambiciosa lucha contra el cambio climático, la contaminación ambiental y la congestión del tráfico.