Domicilio familiar, entre 70 y 80 metros cuadrados, sin aire acondicionado ni calefacción eléctrica, y con electrodomésticos estándar: cocina, microondas, nevera, televisión, ordenador y equipo de música… Nada fuera de lo normal. Con una potencia contratada de 3,7 o a lo sumo algo más de 4, dependiendo de los miembros de la familia, en condiciones de consumo normal y con la prudencia de no tener todos los aparatos funcionando a la vez, es más que suficiente…
Pues con estas condiciones de consumo, las compañías eléctricas recomiendan contratar potencias fijas de entre 5,75 y 8 kilowatios. Y si añadimos aire acondicionado o calefacción, lo recomendado puede alcanzar los 11 kilowatios, que son potencias ya para consumo empresarial, para oficinas, locales comerciales o incluso pequeñas naves. Así entienden las eléctricas la transparencia con la que se deberían gobernar en estos momentos de cambio en el mercado eléctrico, con la mayor parte de los consumidores confusos.
No es para menos. Al incremento exponencial de la factura eléctrica, que prácticamente ha duplicado su precio desde que se liberalizó el sector y se ha disparado particularmente estos dos últimos años, se añade un rosario de regulaciones y decretos que no está añadiendo nada más que opacidad y confusión entre los consumidores. De todo ello se están aprovechando las compañías, que juegan con esta falta de información para atraer a los usuarios hacia sus tarifas… Y en condiciones abusivas.
Porque recomendar a hogares estándar potencias fijas de más de 5 kilowatios es completamente abusivo. Se escudan las eléctricas en el hecho de que, en efecto, esas potencias aseguran que no se dispare el diferencial por sobrecarga. Y vuelven a jugar con el miedo; recuerdan que cada vez que se cambia la potencia contratada, hay que pagar una tasa a la comercializadora. Pero ello no es motivo para que un domicilio estándar contrate potencia de más.
Competencia ya está investigando la publicidad y los folletos informativos de las eléctricas porque sospecha que esté actuando con falta de transparencia y sin buena fe apelando al miedo de los consumidores para atraerlos al mercado libre
Es necesario recordar que la potencia contratada constituye una de las dos patas del recibo eléctrico, la más costosa, además, si no se acierta con lo que se contrata. Tener una potencia contratada de más de 5, frente al 3,7 o 4 que sería suficiente, encarecerá el recibo, con la aplicación posterior de impuestos, alrededor de un 20 o un 30%. Pero si hacemos caso de lo que nos aconsejan desde Endesa o Iberdrola, y llegamos a contratar hasta 8 kilowatios, haremos que nuestro recibo pueda dispararse más de un 50%. Con la potencia contratada justa, sin embargo, controlaremos mejor nuestra factura, pues la parte del recibo correspondiente a nuestro consumo pesará más, y podremos influir en ella optimizándolo.
Cambio a mercado libre; asegura tu consentimiento
Relacionado con esto, ADICAE detecta, a través de quejas de varios consumidores, que las compañías eléctricas han ido trasladando a clientes desde el Precio Voluntario, la anterior Tarifa de Último Recurso, al mercado libre sin que haya mediado consentimiento ni firma. Es el momento de que los consumidores estemos más atentos que nunca; nos recomiendan potencias contratadas sobredimensionadas, y las aplican a sus tarifas del mercado libre.
Y además nos trasladan a este mercado libre casi sin que nos enteremos. Competencia ya está investigando la publicidad y los folletos informativos de las eléctricas porque sospecha que esté actuando con falta de transparencia y sin buena fe apelando al miedo de los consumidores para atraerlos al mercado libre. Y las denuncias que llegan a ADICAE hablan, directamente, de que las compañías llevan a usuarios a este mercado libre sin su consentimiento.
Tarifa One, Tarifa Energía Plus, Conecta Luz, Plan Hogar, Plan Ahorro Luz… Todos son nombres de ofertas de mercado libre para la luz. Todos ellos están incluidos en las facturas que pagamos, y deben constar en nuestros recibos. Por eso, cualquier consumidor que no haya cambiado su recibo, ni su compañía, y provenga de las tarifas de Último Recurso herederas de las de toda la vida, debe vigilar que no tenga en su factura los nombres antes mencionados. Para cualquier duda, las sedes de ADICAE están a disposición de todos los usuarios en toda España.