El pasado 13 de noviembre la Comisión Europea presentó su nuevo programa denominado La Nueva Agenda del Consumidor. El fin no es otro que empoderar y capacitar a los consumidores para que desempeñen un rol activo en aspectos como la transición ecológica y la digital. Es también propósito del proyecto abordar claves para aumentar la protección de los consumidores durante y después de la pandemia de COVID-19, que ha planteado desafíos importantes a la vida cotidiana de los consumidores.
La Agenda define prioridades y puntos de actuación fundamentales que deben adoptarse en los próximos cinco años, junto con los Estados miembros, a nivel europeo y nacional. Incluirá, entre otras cosas, una nueva propuesta legislativa destinada a proporcionar mejor información sobre la sostenibilidad a los consumidores, adaptando la legislación vigente a la transformación digital, así como un plan de acción con China sobre la seguridad de sus productos.
Ámbitos de actuación
La pandemia de COVID-19 ha afectado a muchos ámbitos de la vida de los consumidores y la Comisión Europea ya ha puesto el foco en la protección de los derechos de los viajeros y pasajeros de la UE en las cancelaciones de viajes. De igual forma, en los próximos cinco años los aspectos en los que más se va a incidir van a ser la transición ecológica, la digital, el respeto a los derechos de los consumidores, la vulnerabilidad de los consumidores y la protección de los consumidores en el mundo.
Transición ecológica
En cuanto a la transición ecológica, está claro que los consumidores están dispuestos a pagar más por productos que van a ser más duraderos. Pero para ello, estos consumidores tienen que recibir una mejor información sobre la calidad y durabilidad de los productos. Así, lo que la UE va a pelear es por garantizar datos mucho más concretos sobre las características ambientales de los productos o servicios, por la protección a los consumidores frente a las prácticas de ecoblanqueo y la obsolescencia programada, por fomentar un mayor compromiso de las empresas con las prácticas sostenibles y por apoyar la reparación de productos frente a la compra de otros nuevos.
Transformación digital
Las nuevas sociedades y el consumo tienden a la digitalización integral, por lo que se antoja necesario una mayor protección al usuario cuando está en línea. En ese sentido, la Unión Europea afirma que trabajará en una seguridad plena en los servicios financieros al por menor (inversiones, hipotecas, seguros…), en disponer de garantía en el uso de los soportes tecnológicos que integran internet, en la protección de los derechos fundamentales en relación con la inteligencia artificial y en la lucha contra las prácticas comerciales en línea que no respetan los derechos de los consumidores.
Cumplimiento de los derechos y vías de recurso
Es vital para el organismo europeo garantizar que todos los consumidores se beneficien plenamente de sus derechos, por lo que asegura que apoyará a los Estados miembros en la actualización y aplicación de normas en materia de defensa de los consumidores. Pretende coordinar una red europea de protección a los consumidores, facilitar elementos electrónicos y en línea a los países miembros para la investigación, y evaluar los instrumentos de los estados para combatir las prácticas que infringen el derecho de la UE en la protección de los consumidores.
Vulnerabilidad de los consumidores
El deseo es el de reforzar el apoyo hacia los consumidores más vulnerables -niños, personas mayores y personas con discapacidad- abordando las necesidades que puedan tener estos colectivos. Se va a incidir en mejorar el asesoramiento sobre la deuda en los Estados miembros, en reforzar la seguridad de los productos para la crianza de niños y bebés y en apoyar iniciativas locales de consumidores -ya sean en el ámbito urbano como en el local-.
Protección de los consumidores en el mundo
Al final lo que se pretende es mejorar la protección de la compra-venta en territorios foráneos de la Unión Europea. No en vano, las compras a vendedores de fuera de la UE aumentaron del 17 % en 2014 al 27 % en 2019. Las medidas van a ser la creación de un plan de acción con China para mejorar la seguridad de los productos vendidos por internet y la prestación de apoyo en esta materia a los países socios de la Unión Europea.