¿Alguna vez has comprado una bolsa de papas que parece estar llena de aire? ¿Un helado que recordabas más grande de lo que es el último que has comprado? Pues es probable que se trate de la reduflación y en esta oportunidad, vamos a conocer qué es la reduflación y cómo afecta a los consumidores en la actualidad.
La reduflación se trata de una práctica a la recurren algunas empresas, que consiste en la reducción de la cantidad de mililitros o gramos de un producto a la venta, pero manteniendo el mismo precio.
Por lo general, las empresas llevan a cabo esta práctica con el objetivo de mantener una “estabilidad en los precios” y evitar perder consumidores. Es una estrategia que hace creer a los consumidores que los precios siguen iguales o que incluso han bajado.
Debido a la crisis económica que muchas empresas enfrentan por causa del costo de la materia prima y energético, entre otros factores, la reduflación se hace más común entre los productos del mercado.
Es una práctica que tiene su origen en el Reino Unido, cuando se dio a conocer que la aerolínea Airlines consiguió ahorrar ahorró 40.000 dólares al año al quitar una aceituna de la ensalada que ofrecía durante los vuelos.
Hoy en día se conoce que gran parte de los fabricantes reducen entre un 5% y 10% el contenido de sus productos como una táctica para evitar subir los precios y no perder consumidores. Esto significa que esa caja de cereal de 450 gramos que sueles comprar, ahora tiene 350 gramos, pero sigues pagando lo mismo que antes.
¿Es legal la práctica de la reduflación?
A pesar de que la reduflación pueda indignar a muchos consumidores, su práctica es completamente legal siempre y cuando las empresas muestren en el empaque la nueva cantidad que contiene el producto.
Sin embargo, esto no quita que sea algo poco transparente y engañoso que se extiende a todos los sectores de productos. Pero muchas marcas continúan con este proceso con la finalidad de ahorrar el costo de fabricación y mantener el margen de beneficio, por lo que existen campañas que intentan que sea considerada una práctica desleal que afecta al consumo.
La modificación del peso neto de un artículo puede ser sencilla de detectar, pero el mayor problema está en la calidad. En algunas ocasiones, no solo el peso de un producto se ve afectado por la reduflación, sino que las empresas pueden cambiar los ingredientes y método de fabricación.
Este tipo de estrategias afectan la confianza de los consumidores hacia las marcas. Y esto se traduce en que, si bien las empresas pueden realizar este tipo de cambios para reducir sus costos al fabricar productos, las personas se sienten estafadas y dejan de comprar productos de una determinada marca.
Cómo hacer frente ante la reduflación como consumidores
Saber cómo lidiar ante las prácticas de reduflación es algo fundamental que debemos aprender como consumidores. La clave está en detectar los cambios que los fabricantes realizan a la cantidad de sus productos.
Aunque las empresas deberían avisar a los compradores cuándo han modificado el peso de sus productos, no siempre lo hacen. En su lugar, solo indican en los empaques la cantidad que ahora contiene el artículo y si la reducción es mínima, los consumidores compran sin darse cuenta que están adquiriendo menos que antes.
Como consumidores, no hay que dejarse engañar con ofertas como las de 2 x 1 o los descuentos especiales. Para evitar caer en este tipo de ofertas engañosas, es recomendable comparar el precio del artículo en base a la unidad de medida, y no hay que dejarse llevar por el envase o confiar en el producto solo porque es el que siempre compramos.
Existen foros y páginas web donde es posible conocer las opiniones de otros consumidores sobre un producto y denunciar si un artículo está siendo objeto de la reduflación. Además, se debe consultar la información que aparece en la etiqueta del producto para comprobar el peso, tamaño e incluso los ingredientes con los que ha sido elaborado.
También hay que comparar el producto con los de otros competidores para conocer la cantidad que ha disminuido, así como los precios de otros artículos para determinar si vale la pena o no pagar el precio por el nuevo peso.
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