¿Qué es la obsolescencia programada?
La obsolescencia programada es la característica de un objeto a volverse obsoleta después de un número de usos, meses o años.
La obsolescencia acorta la vida útil de un producto volviéndolo inservible o inadecuado a circunstancias y modas. Pero esto no es una cualidad innata de los bienes, va mucho más allá. La mayoría de empresas programan la vida útil de sus productos para que se estropeen o pasen de moda al cabo de cierto tiempo y así, asegurar la continua demanda.
Una estafa legal
Es uno de los mayores fraudes legales que existen ya que venden productos condenados a morir.
- ¿Por qué las baterías de los móviles comienzan a fallar al cabo de 2-3 años?
- ¿Por qué muchos electrodomésticos como neveras o lavadoras dan problemas una vez se pasa la garantía?
- ¿Y las actualizaciones de los software que no son compatibles con versiones previas de ordenadores y móviles?
Así podríamos seguir, porque lamentablemente no se trata de una práctica reducida a una empresa o industria sino que forma parte del sistema económico y social actual.
Ejemplos de obsolescencia en el día a día
¿Sabías que en los años 20 las medias de nailon eran irrompibles? Sus fabricantes se dieron cuenta de que las ventas bajaron y por eso acordaron hacerlas mucho más finas, el resultado, medias que se rompen a los 3 usos.
¿Alguna vez has comprado una lámpara con luces LED integradas? La gran sorpresa te la llevas al cabo de un par de años cuando por una parte, las luces se funden y por la otra, cuando no puedes cambiarlas por otras.
De esta forma, el sistema obliga a consumir una y otra vez, comprando los mismos productos mejorados. Lo que nos hace entrar en un modelo económico muy peligroso (y que está normalizado): comprar-usar-tirar-comprar-usar-tirar…
Cuando un aparato se estropea podemos intentar arreglarlo. Y decimos intentar porque los fabricantes suelen complicarlo para que la reparación de una lavadora ronde los 200€ (entre mano de obra, piezas…) y comprar una nueva salga en 300-400€. Esto nos deja una sencilla fórmula:
Móviles programados para dejar de funcionar
+ Reparación costosa
= Continua demanda y consumo
A continuación, te contamos cómo algunas empresas manipulan sus productos (y también a las personas).
3 formas de engaño: tipos de obsolescencia programada
La obsolescencia programada no solo tiene que ver con que un producto deje de funcionar, también está relacionada con la percepción que tenemos de ellos. Así, distinguimos 3 formas de obsolescencia:
- La obsolescencia de función o tecnológica: sucede cuando se pone a la venta un producto más avanzado que el que está en el mercado.
- La obsolescencia de calidad o incorporada: después de un número de usos, el aparato presenta fallas y comienza a funcionar peor (más lento, se queda colgado, etc.).
- La obsolescencia de deseo o psicológica: es parecida a la tecnológica, solo que esta vez se apela al estilo o a una moda. Es muy común en el sector textil y tecnológico.
El ejemplo más claro puede ser Apple: sacan versiones mejoradas de sus productos cada año. Aunque este avance sea mínimo, han conseguido transmitir a su público la necesidad de cambiar su iPhone o sus Airpods, ya sea por tener «lo mejor del mercado» (tecnología) y el «diseño más bonito» (moda).
Esta es la base y filosofía del capitalismo, la obsolescencia programada responde a los deseos de la industria de consumo infinito y de algunas personas de obtener lo último para sentirse más seguras.
Muchas personas sienten que si no están en las últimas tendencias del mercado, van a ser excluidas del sistema y de la sociedad. Así, se genera el deseo de comprar productos que no necesitan y se normaliza el «derecho» a desechar cualquier cosa que no sirva, antes de intentar repararla.
¿Y qué ocurre con todos esos móviles que ya no usamos? ¿Y con los electrodomésticos pequeños? «Alguien se ocupará de ellos, ¿no? Para eso existen las plantas de reciclaje» La respuesta a continuación.
Graves consecuencias de la obsolescencia programada: montañas de basura
Como ya hemos comentado, la obsolescencia programada nos obliga a comprar cada cierto tiempo un producto nuevo o similar y tirar el que teníamos. Si la reparación resulta más costosa y engorrosa que comprar uno nuevo, el mercado garantiza un consumo infinito al haber siempre demanda.
Está claro que el gran beneficio se lo lleva la economía y las empresas fabricantes que se lucran de esta mala práctica. El aumento de la investigación y la innovación también se puede ver como algo positivo. Sin embargo, ¿Cuál es la lógica de destinar recursos a crear aparatos programados para morir? ¿Tiene algún sentido para la mayoría de la población?
Resulta inútil y absurdo teniendo en cuenta el gran problema de generación de residuos y contaminación actuales.
Las empresas afirman que gestionan sus residuos de forma correcta, sin embargo, hay montañas de electrodomésticos y tecnología imposibles de reciclar. Y muchas veces acaban en países como China, India o Nigeria. Estas montañas de basura son insalubres para las personas y para el medio ambiente, porque muchos aparatos como televisores, móviles o neveras tienen componentes tóxicos, como el plomo.
Según el estudio Global E-Waste Monitor 2020, hecho por Naciones Unidas, 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos se generaron en el mundo en 2019. Lo que equivale a unos 7,3 kg de desechos por persona.
El mismo estudio señala el potencial de la economía circular en el aprovechamiento de los residuos electrónicos para evitar desechar semejante cantidad de e-basura.
Además de la enorme cantidad de residuos generados, no podemos olvidar que para fabricarlos se necesitan materias primas.
Otro de los principales problemas de la obsolescencia programada es el consumo de recursos y materias primas que no son infinitas y que se están explotando por encima de su nivel de recuperación.
¿Existe alguna regulación ante esta mala praxis?
En España, la obsolescencia programada se recoge en el Real Decreto 27/2021. Sin embargo, se hace de una manera incompleta y que no aborda todas sus graves consecuencias, lo que hace que esta práctica no sea ilegal.
Esto no quiere decir que sea moral. Desde ADICAE queremos daros herramientas a los consumidores y consumidoras para que seáis responsables con vuestras compras, pero también para que no caigáis en el engaño del capitalismo.
Alternativas a la Obsolescencia en España
Ya te comentamos en este post algunas formas de combatir la obsolescencia programada, entre las que está esta iniciativa de Amigos de la Tierra.
Un proyecto llamado Alargascencia y que es un directorio de establecimientos separados por provincias, donde podemos reparar, alquilar, comprar, intercambiar o vender productos de segunda mano.
Sin duda una gran alternativa ante la obsolescencia programada y la gran industria en nuestro país.
«Comprar-tirar-comprar»: El mejor Documental sobre la obsolescencia programada
Este documental emitido por RTVE muestra -tras 3 años de investigación- los graves problemas de la obsolescencia programada y lo que significa para el consumo a día de hoy.
«Cuando comencé a interesarme por el tema pensaba encontrar algunas empresas que utilizaban esa práctica para ganar más dinero, pero me di cuenta de que se trata de algo sistémico, que toda nuestra economía depende de ella. Parece que si no existiese ese crecimiento nos volveríamos pobres, que no tendríamos trabajo, casi como una vuelta a la Edad Media… Pero no es verdad. Ha habido otros sistemas antes y habrá otros después»
Cosima Dannoritzer, Directora del documental
Si te interesa, puedes verlo aquí.