En ADICAE siempre hemos defendido la adopción de la economía circular como modelo principal de consumo. Tanto por los beneficios que podría tener para el bolsillo de las familias como por la reducción de impactos negativos en el medio ambiente. En ese sentido, creemos que se puede ir más allá todavía y aportar datos respecto al impacto que este modelo económico tendría en dos escenarios: el ambiental y el económico.
Un planeta circular
Desde el inicio de la Revolución Industrial, con el incremento productivo y sus consiguientes emisiones a la atmósfera, la temperatura promedio de la tierra ha aumentado en torno a un grado centígrado. A su vez, se estima que el mundo generará 53,9 millones de toneladas de desechos electrónicos para 2025, según estudios del Bureau of Intenational Recycling.
Las cifras de desechos de plásticos son también para llevarse las manos a la cabeza. En opinión de National Geographic, y a falta de confirmación, se estimaba que para finales de este 2020 se podían alcanzar los mil millones de objetos plásticos en el mar. De seguir esa tónica, para 2050 habría más plásticos que peces en los océanos.
Ahora bien, existen datos que incitan a la aplicación de la economía circular: un objeto de acero inoxidable tiene en su composición un 60% de reciclaje, los neumáticos usados generan la misma energía que el petróleo y un 25% más que el carbón (con la ventaja de un impacto mucho menor para el medio ambiente), y el 40% de la demanda de cobre se satisface con el reciclaje. Tanto es así, que por medio de la reutilización de la chatarra de hierro se podrían disminuir las emisiones de CO2 en un 58%, según se extrae de un informe de ING.
Impactos de la economía circular aplicada la industria
Al final esos pequeños gestos se traducirían en cifras de gran calado, puesto que según un informe de Naciones Unidas, la aplicación de los principios de economía circular podría reducir hasta en un 99% los desechos de algunos sectores industriales, al tiempo que reducir en un porcentaje similar las emisiones de gases de efecto invernadero. El deseo a largo plazo de la ONU es «cero residuos» en el año 2050.
Esos avances sostenibles se verían traducidos en el aspecto económico. Un ejemplo de ello es que en el año 2016, los sectores más implicados en la economía circular empleaban a más de cuatro millones de trabajadores en toda Europa, esto es un 4% más que respecto a 2012. Es decir, que la transición hacia un modelo totalmente sostenible y responsable es rentable para las economías, para el planeta y para las personas.
Impactos de la economía circular aplicada a los modelos de consumo
Pero es que además, el resurgimiento de nuevos modelos de consumo vinculados a la economía circular tales como la reparación, la reutilización y, en última instancia, el reciclaje, generaron en 2019 un valor añadido de 147.000 millones de euros, y eso que la inversión fue únicamente de 17.500 millones de euros (un 11,90% de esos 147.000 millones).
Por si fuera poco, la demanda de materiales reciclados en 2019 suponía el 12% del total de la demanda de materiales en toda la Unión Europea. Esa cifra contrasta con el 9% de demanda de materiales reciclados a nivel mundial.
El rol de las instituciones Europeas
La Unión Europea insiste en su informe Hacia una Europa Sostenible de aquí a 2030 que la economía circular es un eje clave para asegurar un continente más competitivo, inclusivo y sostenible. Algo que reitera en El Pacto Verde Europeo, programa para dotar a la UE de una economía sostenible, y en la Nueva Agenda del Consumidor, cuyas medidas van enfocadas al empoderamiento de los consumidores y al aprovechamiento de las ventajas de la economía circular.
Es un síntoma interesante en el sentido de que los consumidores, y los productores, no pueden aprovecharse de la economía circular sin el apoyo de las entidades transnacionales.
Ahora bien, hasta qué punto el apoyo que dan las instituciones europeas es suficiente en materia de medidas, pues habrá que esperar un poco más de tiempo para comprobarlo. Lo que está claro es que la economía circular tendría múltiples ventajas económicas y de sostenibilidad.