A partir del sábado 3 de julio los consumidores no podremos adquirir plásticos de un solo uso en ningún establecimiento. Este es tan solo el principio del fin de los plásticos y hay que agradecérselo a la Unión Europea.
Nueva normativa sobre los plásticos
La entrada en vigor de la Directiva Europea 2019/904 del Parlamento Europeo y del Consejo en enero de este año, pretende dar solución al problema del plástico que llevamos arrastrando en los tres últimos siglos.
La degradación medioambiental está presente en todos los lugares del planeta, pero son los océanos los que más sufren esta decadencia. Concretamente, ocho millones de toneladas de plásticos acaban en mares y océanos anualmente y conforman así entre el 60% y el 80% de la basura marina, según un informe de Greenpeace. Tan solo el 15% del total de los restos plásticos se quedan en la superficie, por lo que, si ya nos asustamos al ver la basura en las playas, no tendríamos fuerzas para contemplar el interior de los océanos.
En las últimas décadas, se ha producido un aumento en la producción de plásticos y un consumo masivo que ha provocado la acuciante aceleración del deterioro del planeta. Uno de los objetos que más tardan en descomponerse es el hilo de pesca en unos 600 años aproximadamente. Los cubiertos de plásticos y los mecheros entre 400 y 100 años respectivamente, y aún más las botellas de plástico en torno a 500 años.
¿Cuáles serán los productos que ya no estarán a la venta?
Cuando nos acerquemos a un establecimiento a comprar a partir de este sábado ya no venderán utensilios de plástico de usar y tirar. Sí, es una buena noticia porque después del retroceso con el aumento desmesurado de la producción de plásticos «de usar y tirar» en los últimos años, ahora se ha establecido al menos una, de las tantas medidas que los lobbys corporativos del plástico han obstruido socavando soluciones legislativas.
Esta medida pone fin a las distracciones o soluciones falsas que han propuesto tradicionalmente aquellos que forman parte de la cadena de suministro del plástico. Por poner un ejemplo, en el informe «Hablan basura. El manual corporativo de soluciones falsas a la crisis del plástico» de la Fundación Changing Markets (2020), denunciaban que desde 1990, Coca-Cola se fijó el objetivo de comenzar a vender bebidas en botellas hechas de 25% de tereftalato de polietileno reciclado (rPET) pero, tres décadas después (2020), sus botellas solo contienen un 10% de rPET.
Debemos verlo tan solo como una batalla ganada entre tantas que nos quedan por delante en relación al plástico.
Remover el café con viejos y nuevos utensilios, en vez de uno de plástico es una acción a la que fácilmente nos podemos acostumbrar. De igual modo, utilizar los cubiertos de metal de casa o bien biodegradables de bambú o de madera en las reuniones con amigos o en cumpleaños no es un cambio muy difícil. Sin embargo, además de que no podremos adquirir unos de plástico, es una acción fundamental que supone un intento para revertir la degradación medioambiental actual.
Por tanto, el sábado 3 de julio dejarán de estar a la venta los platos de plástico y los cubiertos de plástico de un solo uso como son las cucharas, los tenedores, los cuchillos o los palillos. Por supuesto, las pajitas de plástico tan contaminantes y desde luego dañinas no solo para nuestra salud, sino también las responsables de la muerte de muchos animales marinos. Las pajitas suelen utilizarse tan solo unos minutos, el tiempo que tardamos en bebernos un refresco, pero las consecuencias las paga el planeta durante 500 años aproximadamente.
Los palitos de plástico para sostener los globos, al igual que las pajitas serán retirados del mercado. Los bastoncillos de algodón para los oídos hechos también con plástico, los plásticos oxodegradables, todo tipo de contenedores alimenticios fabricados en plástico y los vasos de poliestileno serán prohibidos en todos los Estados miembros de la Unión Europea. Así se pretende revertir la ingente cantidad de desechos marinos procedentes de hasta 10 productos plásticos de un solo uso más frecuentes.
ADICAE y el nuevo hábito de consumo sin plásticos
ADICAE sigue llevando a cabo talleres y asambleas para ayudarnos a evitar el consumo de plásticos. Pienso, luego reciclo o por un planeta sin plásticos son algunas de las iniciativas de la asociación. Pero, ¿Qué podemos hacer los consumidores para modificar nuestros hábitos perniciosos?
- Algo tan sencillo como utilizar fiambreras de metal o vidrio para llevar al trabajo, a la universidad o a nuestros familiares. Es un gesto no muy caro que será verdaderamente agradecido por nuestro planeta.
- Utilizar cubiertos de metal de casa o de madera y bambú reutilizables será una pequeña inversión a largo plazo. En casa, en el trabajo, en los cumpleaños debemos utilizarlos, antes eran una opción y ahora, inevitable.
- Reutiliza la botella de vidrio, en vez de comprar una de plástico cada vez que sales de casa. Otro gesto imprescindible si queremos acabar con la cantidad de botellas de plástico que se generan diariamente y que contaminan lo inimaginable.
- Para beber café, leche, té, zumo o hasta gazpacho puedes emplear vasos o tazas de otro material. Son también reutilizables siendo un gesto realmente comprometido con el medioambiente.
- Para finalizar, con todos estos utensilios reutilizables y ecológicos que ya tenemos, lo lógico sería no utilizar una bolsa de plástico. Por ello, existen bolsas térmicas de tela o pequeñas bolsas reutilizables para la fruta.
Todo esto es tan solo el principio del fin del uso del plástico y la prohibición de estos por parte de la Unión Europea supone una ventaja fundamental para la sostenibilidad del planeta.
Los consumidores debemos seguir promoviendo la transición hacia patrones de producción y consumo verdaderamente sostenibles y un acceso real a la economía circular: poder utilizar los plásticos el mayor tiempo posible reduciendo los desperdicios, la posibilidad de reparar y reutilizar sabiendo que a futuro esos productos serán recuperados y verdaderamente reciclados.